Elegí lo que quieras leer y te lo llevamos a tu casa

La historia de un olvidado de la sociedad y de un hombre que regresa al origen todo esto es lo que se ovilla en este libro. El narrador utiliza a Jacinto para preguntarse del porqué de las cosas. Critica a una sociedad consumista e individualista. Vemos la exclusión social que sienten los que menos tienen y nos dibuja un mundo que no muestran los programas de televisión. Jacinto como muchos hombres y mujeres de este país tiene que salir desde el lodo más cruel para buscarse el pan y olvidarse de la niñez y la juventud.

Hay una mención a nuestro pasado que no debemos olvidar cuando se refiere a las Madres de Plaza de Mayo, nos cuenta lo que sucedió en España con el dictador Franco y el fatídico día que Plaza de Mayo fue bombardeada por los militares para derrocar a Perón.

El narrador hilvana la historia jugando con el pasado y el presente. Ese pasado puede ser uno lejano cuando habla de su niñez o un poco más próximo cuando habla de su andar por la gran ciudad. El tango está presente en sus líneas, además nos deja ver sus lecturas a modo de homenaje a sus primeros escritores.

Observo pequeños hallazgos poéticos en el texto que lo elevan para convertirlo en fragmentos de prosa poética como por ejemplo “Cuando cayó la noche, a Jacinto le pareció que el mundo se había vaciado... apenas iluminados por la débil llama de una vela, acaso para que la oscuridad no los devorara”, esto es lo que personalmente busco encontrar cuando leo un cuento o una novela. Quizás porque me remiten a escritores como Juan Rulfo o a nuestros coterráneos como Carlos Hugo Aparicio o Francisco Zamora.

Esta historia puede ser la de cualquier persona que no ha tenido oportunidades para progresar aunque digan constantemente los que defenestran a los pobres que “están así porque quieren y son unos vagos”. Esta novela cuenta la experiencia de muchos Jacintos y Jacintas de nuestra Argentina. Celebro que así sea porque aunque es ficción y no se puede escribir toda la “realidad” en este texto se dejan retazos de una experiencia que puede tocar la fibra de cualquiera que haya sentido el rigor de la necesidad. Una escritura que se halla asentada en la filosofía, en la falta de oportunidades, en la historia y en el desamor.

 

E. Atilio Romano

El éxodo de las mariposas - Claudio Pérez

$18.177,00
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La historia de un olvidado de la sociedad y de un hombre que regresa al origen todo esto es lo que se ovilla en este libro. El narrador utiliza a Jacinto para preguntarse del porqué de las cosas. Critica a una sociedad consumista e individualista. Vemos la exclusión social que sienten los que menos tienen y nos dibuja un mundo que no muestran los programas de televisión. Jacinto como muchos hombres y mujeres de este país tiene que salir desde el lodo más cruel para buscarse el pan y olvidarse de la niñez y la juventud.

Hay una mención a nuestro pasado que no debemos olvidar cuando se refiere a las Madres de Plaza de Mayo, nos cuenta lo que sucedió en España con el dictador Franco y el fatídico día que Plaza de Mayo fue bombardeada por los militares para derrocar a Perón.

El narrador hilvana la historia jugando con el pasado y el presente. Ese pasado puede ser uno lejano cuando habla de su niñez o un poco más próximo cuando habla de su andar por la gran ciudad. El tango está presente en sus líneas, además nos deja ver sus lecturas a modo de homenaje a sus primeros escritores.

Observo pequeños hallazgos poéticos en el texto que lo elevan para convertirlo en fragmentos de prosa poética como por ejemplo “Cuando cayó la noche, a Jacinto le pareció que el mundo se había vaciado... apenas iluminados por la débil llama de una vela, acaso para que la oscuridad no los devorara”, esto es lo que personalmente busco encontrar cuando leo un cuento o una novela. Quizás porque me remiten a escritores como Juan Rulfo o a nuestros coterráneos como Carlos Hugo Aparicio o Francisco Zamora.

Esta historia puede ser la de cualquier persona que no ha tenido oportunidades para progresar aunque digan constantemente los que defenestran a los pobres que “están así porque quieren y son unos vagos”. Esta novela cuenta la experiencia de muchos Jacintos y Jacintas de nuestra Argentina. Celebro que así sea porque aunque es ficción y no se puede escribir toda la “realidad” en este texto se dejan retazos de una experiencia que puede tocar la fibra de cualquiera que haya sentido el rigor de la necesidad. Una escritura que se halla asentada en la filosofía, en la falta de oportunidades, en la historia y en el desamor.

 

E. Atilio Romano