Elegí lo que quieras leer y te lo llevamos a tu casa

La hija enciende el fuego una noche de invierno con las piñas que había recolectado su padre el año anterior.

En Las formas de la fe la escritura es el conjuro: y no estás muerto.

La muerte del padre abre un sendero que nos guía por una memoria familiar que también es una forma de volver a mirar. Animarse a la primera vez de las cosas después de una muerte.

Agustina escribe como si dijera, no hay pérdida. Los fragmentos, notas para recordar lo importante, rastros de luz, chispas del fuego, que nos devuelve lo vivo. 

La posibilidad de quedarse: seguir hablando con quienes amamos, acá en la Tierra y hacia el cielo. La escritura es compañía, testimonio, lugar al que volver. 

Este libro es un intento por tocar la punta del cometa que pasa. Hay que ir hacia la fe. Donde sea que podamos verla, en las estampitas de los santos, en la carta de tarot, en el cielo que aclara después de la lluvia. Agustina deja que la canoa la lleve. La única certeza es que hay un destino. 

Como el color azul que trae el mar a todos lados. Y así el presente y el pasado son la misma cosa. El recuerdo está vivo en este álbum que sigue abierto. 

Escribir para no tener miedo, podría ser el rezo mayor de este libro, para no perder nunca la fe del corazón.

 

Natalia Romero

Las formas de la fe - Agustina Maggio

$13.000,00
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La hija enciende el fuego una noche de invierno con las piñas que había recolectado su padre el año anterior.

En Las formas de la fe la escritura es el conjuro: y no estás muerto.

La muerte del padre abre un sendero que nos guía por una memoria familiar que también es una forma de volver a mirar. Animarse a la primera vez de las cosas después de una muerte.

Agustina escribe como si dijera, no hay pérdida. Los fragmentos, notas para recordar lo importante, rastros de luz, chispas del fuego, que nos devuelve lo vivo. 

La posibilidad de quedarse: seguir hablando con quienes amamos, acá en la Tierra y hacia el cielo. La escritura es compañía, testimonio, lugar al que volver. 

Este libro es un intento por tocar la punta del cometa que pasa. Hay que ir hacia la fe. Donde sea que podamos verla, en las estampitas de los santos, en la carta de tarot, en el cielo que aclara después de la lluvia. Agustina deja que la canoa la lleve. La única certeza es que hay un destino. 

Como el color azul que trae el mar a todos lados. Y así el presente y el pasado son la misma cosa. El recuerdo está vivo en este álbum que sigue abierto. 

Escribir para no tener miedo, podría ser el rezo mayor de este libro, para no perder nunca la fe del corazón.

 

Natalia Romero